Origen Y Evolución De La Tinta De Tatuar

La historia de la tinta para tatuar se remonta a miles de años atrás.

El termino "INK" se remonta a la palabra griega "Kauterion", que hace referencia a la marca realizada, quemando algo con un instrumento caliente, técnica con la cual se fijaban colores de cera en antiguas pinturas. El mismo proceso era llamado "Encaustum" en latín, adaptada más tarde al francés antiguo como "Enke", que derivó al Inglés como "Inke" e "Ink".

Desde la Polinesia, hasta el Antiguo Egipto, los humanos producían sus primeras tintas con humo, carbón, gomas vegetales y agua, método con el cual se realizan muchas tintas de tatuar en la actualidad.

Con el paso del tiempo, comenzaron a elaborarse las primeras tintas de colores, a las cuales añadían al proceso de elaboración, extractos con pigmentos de colores de origen animal y vegetal.

Siglos más tarde, los Romanos comenzaron a utilizar la tinta de diferentes especies marinas, como el pulpo o el calamar, sustancia negruzca y amarronada que también usaban para escribir y acuñaron bajo el término de "Sepia"

Hasta que en el siglo X, se descubrió el método más cercano al usado en la actualidad, elaborando una tinta a partir de las "Agallas", estructuras de tipo tumoral que se forman en el tejido de la corteza de los robles, a causa de unos parásitos llamados "Gallícolas", las cuales poseen un alto contenido en "Taninos", sustancias orgánicas que generan las plantas y que junto a otros elementos naturales, dan lugar a una sustancia perfecta para ser utilizada como tinta, la cual utilizaron cientos de escritores durante la Edad Media.



Siglos más tarde, tras mucha investigación y avances tecnológicos, nacieron las primeras tintas modernas de tatuar, muy similares a las actuales, culminando en la gran variedad de pigmentos y marcas de la actualidad.



Comentarios

Entradas populares